El proceso de ayuda a las familias resulta de gran utilidad cuando atraviesan conflictos presentes o pasados que no les permiten encontrar en sus hogares un lugar de reposo, bienestar y tranquilidad. Los déficits en expresión emocional, la escasa habilidad en la comunicación, los procesos de separación o rupturas, la dificultad para llegar a acuerdos o seguir las normas en el hogar... son recibidos en un clima de trabajo y entrega de técnicas o estrategias de utilidad para solventar dichas dificultades.
En otros casos, el acercamiento de la familia al contexto terapéutico se sugiere ante la clínica de uno de sus miembros. El abordaje en este caso, siempre bajo consentimiento informado del paciente, se presenta en términos de recogida de información de datos y pautas de tratamiento para llevar a cabo en el hogar. Los familiares pueden participar como coterapeutas de la mano del profesional para generar cambios adaptativos en un período de tiempo limitado.
Finalmente, las familias participan en la educación y adhesión al tratamiento de cuadros clínicos más severos y les permiten ayudarles a reconocer síntomas y seguir los criterios que los profesionales les brindamos.